Tras el cristal observo mil demonios,y me escondo.
Sopla el viento sobre mi piel,
otro dia está pasando...
Mis gélidas mejillas enturbecen mi mirada,
nada es mio ni para mi.
Corazón marchito en la tempestad de un alma
sin dueño...
en un cuerpo sin apenas vida.
Y la luna me mira y seca mis lagrimas,
me abraza y en cuarto me acuna...
Desde aquí arriba todo está lejano...
Pero no puedo evitar dejar lagrimas caer
sobre mi almohada desde lo mas alto de mis sueños,
quebrada en mil y un trozos de vida sin sonrisa,
partida entre el miedo y la soledad.
Quizás no sea mi mundo... pero no pienso irme de el.
Trovadora de espada oxidada,
pregonera de sueños inalcanzables
mi condena,la vida.
