Ensimismada ante el silencio,
una brisa aguarda al caballero
que sin más se aleja...
Frio cual lágrima que roza el abismo
ebria de tristeza
Nos aguarde la batalla
confrontando dos destinos que,
sin mas hallánse perdidos entre
tuburbios de la lucha.
Menester del corazón
que labios agrios besados
envenenan más el alma
que mil batallas de Poseidón.
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